No todos lo notaron. Había un pato con “una pata” menos, o por lo menos fracturada. Nadaba igual que los demás, es cierto un poco más lento y probablemente con más esfuerzo, un esfuerzo que no todos valoraban. Pero el pato nadaba igual. Tanto que muchos no notaban que tuviera dificultades.
El pato parecía feliz y contento, disfrutando de su vida.
Intenté tomarme una foto con el, no fue posible, se escapaba, temeroso…
Lago de Constanza, Alemania. Día dos: Cuando intente tenerlo cerca.
Escrito el 16 septiembre del 2005
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