domingo, 15 de noviembre de 2009

Barcelona :¿qué pasa con tu gente?


Debo esperar abajo, no me hace subir, he llegado de improviso. No me hace entrar al departamento.

La semana pasada a esas dos chicas y a aquel chico me los presentaron, yo recuerdo bien sus nombres, así me lo enseñaron. Pero al verme ellas mismas me dan la espalda. Y no me siento ofendido, incluso lo agradezco.

No contesto el teléfono, prefiero no hablar. No es para mi.

No conozco el nombre de ninguno de mis vecinos, ellos desconfían de mi, y yo desconfió de ellos. No tengo idea quienes son. Ellos no saben quien soy.

Pasa tanta gente por mi vista, la misma gente muchas veces y no se nada de ellos.

Mis anteriores compañeros me saludan, pero no paran de caminar. Un saludo normal es decir "adios", sin mediar palabra previa.

No contesta mis mensajes, a pesar de que cenamos juntos hace unos meses.

Prefiero no saludarlo y hago como que no lo vi.

Corremos para coger el metro, pero no cuando alguien desea ser escuchado.

Barcelona es una cuidad fantástica , cosmopolita y multicultural, nadie podría negarlo y el vivir aquí es muy enriquecedor. ¿Si?

Barcelona :¿ Qué pasa con tu gente?

Hoy me han dicho que tengo principios y valores y hace bastante tiempo no escuchaba aquello, me agrado, pero también comprendí que está cuidad acelerada nos hace cambiar, nos hace temer a la gente, a cuestionarla, a ser pocos empáticos y a valorar las cosas superficiales más que las esenciales. A entrar en un sistema que humanamente no queremos, no nos acomoda, pero también nos cansa ir contra la corriente.

Barcelona, me has hecho cambiar.

Después de casi cinco años, es momento de respirar profundo. Reflexionar y pensar hacia donde va mi andar.