viernes, 21 de abril de 2006
¿Porqué no me hablas?
Cuando quieras hacerle un regalo a Benjamín, regálale una bolsita de gomitas, estos caramelos de colores le dan especial alegría, le recuerdan los momentos alegres que ha vivido. Como los niños no se preocupan de las calorías ni de engordar, mientras más grande sea la bolsa mejor.
Hace unos días le di una bolsa y el la abrió de inmediato, se puso a comerlas mientras veía las aventuras de Tom Sawyer, el reía y no pensaba en los problemas de los mayores que tantas veces le perturban, el quería ser como Tom, ingenuo, noble y travieso, siempre decía que quería ser como el, aunque sin darse cuenta que ya lo había conseguido.
Cuando terminaron los dibujos animados, ya había oscurecido, su madre y su hermana mayor se habían ido a dormir, se quedó solo y con poco sueño, el cielo estaba limpio y transparente, entonces el fue a ver las estrellas. Solo él y su bolsa de gomitas. Miraba a cada una de ellas estirando su mano con gomitas para que ellas la cogieran de su mano , le sonreía una y otra vez sin cansarse, veía a unas más brillantes que otras, y sentía que cada una de ellas le devolvía una sonrisa, pero las estrellas más brillantes le hacían sonreír mucho más. Benjamín no sabe porque unas estrellas son más brillantes que otras, el piensa que simplemente las más brillantes son las más simpáticas.
“Yo quiero que me hablé una estrella” pensaba Benjamín entre gomita y gomita, cuando de improviso apareció una especialmente brillante, muy brillante!!!, Benjamín sonrió y saltó de alegría, sus ojos se le abrieron y se sentía muy feliz. Fue tanta su alegría que sus gomitas se cayeron al suelo y el no se dio ni siquiera cuenta.
Luego de un momento y de tanto sonreír, Benjamín le comenzó a hablar. “Oye, estrellita, te estoy hablando, ¿Por qué no me contestas?”, “¿Cuántos años tienes? “¿Vas al colegio?“¿De donde eres?” “¿Tienes Papá?” “¿Tienes hermanos?”. Ay, estrellita porque no me hablas!!!. Benjamín se puso triste, la estrella brillante no le contestaba ninguna de sus preguntas. El miró al suelo y vio las gomitas esparcidas, comenzó a llorar y se puso a recogerlas, soplaba cada una de ellas y las devolvía a su bolsita, entre lágrima y lágrima “No te preocupes Benjamín, otro amigo te regalará otras”. Le dijo por fin la estrella.
¿De verdad estrellita? “de verdad Benjamín no te preocupes”.
Benjamín consiguió una nueva amiga, una estrella que le ilumina cada noche y le da tranquilidad, sus temores de niño desaparecen y cada noche sale a la terraza de su casa a hablar con su estrella amiga.
Y siempre con su bolsa de gomitas.
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