miércoles, 6 de febrero de 2013

"Bienvenido a un mundo mejor"





"Bienvenido a Chile, bienvenido al hemisferio sur, bienvenido al verano, bienvenido a un mundo mejor"




Esas fueron las palabras  de recibimiento del Presidente Chileno, Sebastián Piñera a Mariano Rajoy en su visita a Chile hace unos días.



Chile muestra orgulloso sus números al mundo. Europa en recesión y Estados Unidos con problemas financieros importantes.  Un  país pequeño en el último lugar del mundo  enseña  un desempleo rondando el cinco por ciento y un crecimiento sobre los seis puntos anuales, con múltiples obras realizándose  y  proyecta con entusiasmo que en el dos mil veinte será un país desarrollado.

Y no es de extrañar que europeos vengan a trabajar a Chile. Aquí un profesional universitario cobra con cierta holgura dos mil euros . Y ya es sabido que con un apellido poco común y un par de ojos azules las puertas se abren aún más.

Incluso a mi me ofrecieron  un empleo ofreciéndome más dinero que el que gano o podría ganar este año en España, ¡y eso que yo tengo los ojos negros !

Con estos números maravillosos esto pudiera parecer el paraíso terrenal.

Os tengo una mala noticia : No lo es.

Según mi visión  y  vivencia de dos meses en mi país que me vio nacer, la gran parte de los precios están igualados con Europa : televisores, libros, ropa, autos, alimentos,  y smartphones por ejemplo.
Esto no es un problema para quien gana un millón de pesos chilenos ( unos  mil quinientos euros)

Pero aquí viene lo malo:

La mayor parte de la población  chilena solo cobra entre  300 y 500 euros brutos. ¡Sin dobles pagas , ni ostias ! Trabajando 45 horas semanales, que finalmente son 50 o más ..Y deben lidiar con que cada año los alimentos básicos (más caros que en un supermercado español ) suban más rápidamente que sus sueldos.

Pagar transporte al precio de Madrid o Barcelona  Un plan de salud, la medicina. La educación superior de sus hijos,  restringir su ocio a niveles prácticamente inexistentes. Y si tienes la fortuna de tener un auto, pagar las autopistas dentro de la cuidad, pagar por que te cuiden el auto en una calle pública, dar monedas por que un joven te envuelva la compra. Dar un diez por ciento de propina casi de forma obligada a camareros mal pagados en tu visita a un restaurant, si es que puedes ir ,claro. Ahorrar para tus vacaciones, si es que puedes, claro.

Con esto no quiero desconocer el  buen trabajo del actual gobierno, lógicamente, ellos no pueden ser salvadores del mundo en cuatro años.

Pero también es cierto que en Chile existen dos realidades muy distintas.  Y solo nos interesa enseñar  una al mundo.

Es momento que Chile se vuelva responsable, que las empresas se vuelvan responsables socialmente.
No es digno de un país que el gerente de una empresa cobre más de cien veces el sueldo de quien le sirve el café o limpia su escritorio.

Y luego nos extrañamos que los  chilenos seamos brutalmente clasistas, que se discrimine a niveles burlescos a los discapacitados , gays, gitanos  y a extranjeros de países  como Perú o Bolivia.
Me resulta impresentable.


Hay mucho por hacer para considerarse un país desarrollado.

No somos la última coca-cola del desierto. Ni mucho menos