Cierto día Benjamín no tenia niños con quien jugar, estaba triste. Por la noche no podía dormir, se daba vueltas y vueltas en la cama ,pero en un momento se le ocurrió una idea, se levantó al instante, entusiasmado y en silencio. Como el siempre deseo tener una bicicleta y a pesar de sus padres se la prometieron, pasaba el tiempo y aún no llegaba. Benjamín tanto la quería que esa noche el mismo se fabricó su soñada bicicleta, con ella el iría a muchas partes y conocería muchos niños y tendría muchos amigos.
Benjamín hizo su bicicleta con cartón, pero era linda, plagada de colores, se la hizo con cartones rojos, azules y amarillos y hasta con luces!. Y así, todos los días Benjamín se levantaba muy temprano para subirse a su bicicleta e ir alguna parte.
El soñaba con ir a la luna y su bicicleta lo llevó allí, pudo ver la tierra muy pequeña y le dio un ataque de risa, al ver a sus padres tan pequeñitos y al tío Julián que mide dos metros lo veía del tamaño de una hormiga, lloraba de la risa. Aún así en la luna no encontró a amigos.
Benjamín quería tener amigos negros y decidió ir a África a buscarlos, ese día se levantó más temprano que nunca, le habían dicho que África quedaba muuuuy lejos. “Gastaré mucha energía para ir allí” pensó el niño y tomó doble desayuno, doble cola-cao y dos panes con palta. Apenas se los pudo comer el pobre Benjamín, no se podía mover tan gordo que quedo, de todas formas se llevó un yogurt con frutas para el camino. Y partió con su bicicleta de cartón, de cartones rojos, azules y amarillos. El era un niño generoso y se hizo de muchos amigos en África, a todos ellos les enseño a hacerse sus propias bicicletas. Los niños estaban felices, con sus bicicletas de colores, todas eran distintas y cada uno podía ir lugares distintos. El yoghurt se lo regalo al más tímido y silencioso de todos.
Cuando Benjamín quiso ir a ver el sol, fue más complicado, le dio mucho calor y el pensó que lo mejor sería darse un chapuzón en una piscina y tomarse un jugo de frambuesas con pepitas de verdad. Pero los rayos brillantes lo alucinaron y aguantó junto al sol lo que más pudo. El era valiente y aguantó mucho tiempo. Tanto tiempo estuvo allí que llegó hacerse amigo del sol.
El pequeño viajaba todos los días y recorrió todo el mundo, las estrellas, el mar, voló con las aves, un día visitó y nadó con sus los delfines y se hizo de muchos, muchos amigos.
Había una visita que le faltaba, el nunca había ido a ver a un grupo de adultos. Benjamín quería mostrarles su bicicleta de cartón y fue entusiasmado pero con temor, por primera vez el hacía un viaje con temor.
Y llegó a una ciudad grande, donde la gente corría, miraban muchas veces el reloj y se empujaban. Benjamín ni siquiera tenía reloj, el solo tenía su bicicleta y sus amigos. Un hombre pasó tan rápido que le rompió la luz de su bicicleta, el se puso muy triste porque el señor ni siquiera se dio cuenta. Los” grandes”, se reían de su bicicleta de cartón. “Con esa bicicleta no vas a llegar a ninguna parte”, le dijo un hombre de maletín. No pudo subir su bicicleta de cartón al metro, entonces intentó avanzar por la calle, pero los autos hacían sonar la bocina tan fuerte que Benjamín se asustaba.
Con su bicicleta a su lado logró llegar a una reparadora de bicicletas. “Miré señor, por favor necesito que le ponga aire a las ruedas de mi bicicleta y que le cambie la luz de la derecha que me la rompieron”. “No molestes niño, tengo mucho trabajo, además esa es una bicicleta de cartón que no sirve para nada”
Benjamín lloró y no pudo arreglar su bicicleta nunca, con el tiempo el fue creciendo y los adultos ya no lo dejaban soñar , el tenía que “tomarse las cosas en serio”, trabajar , juntar mucho dinero para ser feliz, y poder comprarse muchas cosas, ser éxitoso , ser muy fuerte y el mejor de todos.
Aún así Benjamín recordaba cada noche su bicicleta de cartón de colores rojos, azules y amarillos.
Fin
3 comentarios:
que lindo blog, me ha gustado mucho...y esta historia me ha llegado también...yo quiere irme a Barcelona este año a estudiar, estoy a la espera de la beca, a ver si resulta...
un abrazo
eres genial eh,,,
de verdad,
de todo lo que has escrito este es el mejor.
eres bueno en esto bm.
Claudín me trajo a la memoria el
ensayo de la bici de niño quería
contar con una sin embargo recién
con la adolescencia la tuve una chancha de mi padre y con ella fui
feliz a pesar de no ser top como
las demas bici de la época.
saludos
luis
Publicar un comentario