Me confieso: ¡Ya no soporto más los pollos inflados! Esos
que vienen cortados a cuartos en una bandejita guay, bien selladitos y con la
musiquita del Mercadona de fondo.
En mi último viaje a Marruecos me he reencontrado con los
pollos y gallinas de verdad. En el
mercado de Casablanca los eliges vivos, les guiñas el ojo y te los llevas para
casa. Son más fibrados y menos inflados que sus hermanos europeos
encarcelados y hormonados.
Chicos y chicas, les tengo un “tips” : dejad de comprar pollitos con papel film y atreverse con la
carnicería del barrio de los marroquíes. De esas del
Raval. Que no pasa nada, que yo
compró allí y sigo vivo. Siguen
normativa sanitaria.
Es cierto que podrás comprar buenos pollos de campo en
cualquier mercado de Barcelona, aunque al triple de precio que los de las
bandejitas. En la carnicería Halal hay
buenos precios.
¿Sabias que incluso
en el mercabarna, el principal mercado de Barcelona hay sacrificios Halal ? Los
pollos siguen esta ordenanza y creedme
que saben mejor que los pollos cristianos de nuestros hermosos y brillantes supermercados.
Te lo digo yo que soy cristiano.
Pollo de campo con salvia y romero, albaricoques y polenta grillada.
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