jueves, 30 de abril de 2009

Con mis ojos impacientes


Confieso, que creí que era algo momentáneo. Que los españoles de la nueva generación no saben que es una crisis de verdad.
Que por primera vez, pensé en la posibilidad de regresar a Chile.

Y ahora me convenzo, que esto durará un tiempo más prolongado del que queremos
Que mi jefe en el trabajo, guardo un silencio más prolongado de lo normal, ante las cabeza agachadas del personal que quería una respuesta. No la había. No la hay.

Nos estamos quedando inmóvil, creyendo todos que nuestro dinero es una lata de duraznos en conserva. Las Pymes, dejan de tener liquidez, y cada vez más gente hace colas para cobrar el seguro de desempleo.

La oposición en el gobierno se deleita y se suma a la mediocridad. La absorbe.
No soy economista, soy un simple trabajador que ha aceptado una rebaja de sus honorarios y que ve con ojos impaciente como el mercado se paraliza. Como la multitud intenta guardar sus escasos billetes debajo de la almohada, como regatea hasta el abuso al contratar algún servicio.
Mis ojos impacientes no saben que hacer, quizás gritar a los cuatro vientos ¡ No se paralicen!
O a tal vez guardar silencio y ver poco a poco como comienza una nueva vida. Ser realista ante la perdida de confianza.
No intento ser profeta, pero el subempleo lo veo, lo veo tan claro y nítido con lo vi en Chile.
No faltará mucho, para que vea a un chico envolviendo mi compra del supermercado.
A que un joven en pleno verano me venda un helado en una esquina.

A volver a acostumbrarme

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