





Este fue mi primer encuentro con el mundo árabe, en tierras donde predomina a plenitud el islamismo (98% de la población). Poder comprobar el tipo de personas tan diferentes a nosotros, en su comportamiento con el extranjero y en sus relaciones personales. Mis ex compañeros pakistaníes algo me habían insinuado del tipo de personas que encontraría. Hallé gente amable y con sonrisas, sencillos y con carácter a la vez.
Debo confesar que me produjo algo de tristeza el postergado papel de la mujer. No se encontraban en ninguna actividad, salvo en las calles bien tapadas y me imagino en sus casas cocinando y cuidando a sus hijos. Es un mundo claramente para hombres. No es machismo, no es lo mismo. Puedo comprobar la fidelidad de un hombre islámico por su mujer, su amor real. Pero las actividades las hacen ellos, el trabajo y la relación con los demás.
El comercio esta diseñado de forma diferente a la que estamos acostumbrados.En el mercado las cosas no tienen precio y debes
“regatear” el valor con el comerciante. La forma es la siguiente: le preguntas cuando cuesta y el te dice un precio para turistas ingleses. 50 Dinares por una camiseta por ejemplo ( 40 euros). Luego le dices cuantos estas dispuesto a pagar
“ 20, no más”, y allí empieza el regateo y el forcejeo a lo jugador de poker. No es extraño que la camiseta te las lleves por 18 dinares finalmente o por 30 sino sabes negociar. Hice un prueba e intenté comprar de manera diferente. Simplemente saque unos billetes de mi bolsillo y se los ofrecí a un hombre por una camisa. No le gusto esa forma, incluso no intento negociar, ni siquiera me dijo que era poco lo que le ofrecía. Me dijo ,
no, algo molesto y no me habló más. Entendí que este era terreno de ellos y las formas de compran la establecían ellos. Igual que en Chile en el persa Bio-bio , no era extraño que uno de ellos saliera tras de mi un par de tiendas más adelante ofreciéndome un último precio, si había dicho repetidas veces que no. Terminé agotado.
Me preguntaban si era español y me decían “Hola amigo, aquí todo barato” , junto a un palmoteo en la espalda en los casos más discretos o una agarrada al brazo hasta su tienda en los más bruscos. Así mismo encontré propuestas sexuales, de las deshonestas. Que pensarán de los españoles! . Al principio decía que era chileno, pero no me entendían, así que pasé las últimas horas como español o como ucraniano sino quería hablar.
Me gusta disfrutar más de la cultura y de las personas que de las vistas preciosas. Por primera vez pude visualizar una mezquita, sentir el olor a musulmán, ver a los niños jugar , observar a los chicos jóvenes vestidos muy modernamente, todos de Armani y Dolce &Gabbana ,que nadie se atrevería a insinuar que no son originales. No es necesario.
Creía que los musulmanes no fumaban ni bebían, que el alcohol era prohibido. Es cierto ,una botella de Whisky JB podía costar 120 euros en un bar, pero las cervezas y los Marlboro abundaban.
¿Será la nueva generación de islámicos con Hugo Boss?
Al menos si comí cous-cous y era como lo esperaba. Aún no es de Maggi.
Un chileno en Túnez