viernes, 14 de abril de 2006

Por fin dejé de fumar

No fue fácil, lo debo admitir, pero hoy por hoy puedo decir que deje de fumar.
El año pasado fumaba entre 4 a 5 cigarros por día, aunque solo en horas de trabajo, nunca en la casa ni los días de descanso, salvo cuando iba a una cafetería a tomar un café o a distraerme con los amigos.
Siempre dije que no me hacía bien mezclar las marcas, un día marlboro al otro un Lucky, muchas veces en un mismo día cigarros distintos. De vez en cuando un puro, sobre todo cuando la compañía era un copa de cognac, una buena conversa o momentos de nostalgia.
Me molestaba especialmente tener mi ropa con olor a cigarro, pero por más que lo intentaba no podía, la adicción es fuerte y era cosa complicada dejar de fumar así como así.
Pero a partir de este 1 de enero, las cosas cambiaron. La ley española vigente prohibe fumar en lugares cerrados, incluido bares, cafetería y restaurant. Lo mejor es que también en lugares de trabajo como oficinas o sitios para comer. Los aeropuertos tienen cuartos especiales para fumadores y en el metro hay que apagar el cigarro antes de entrar a la estación.
Los fumadores han alzados sus banderas a favor de sus derechos de fumadores, sienten que se les priva de libertad e incluso de habla de persecución cuando se abrió precedente esta semana tras ser multado una persona por fumar mientras conducía un vehiculo “Distracción en el manejo” fue la razón presentada por el guardia civil.
Los máximos beneficiados ha sido gente como yo, los fumadores “pasivos”, que sin quererlo aspirábamos los restos de nicotina de fumadores poco respetuosos.
Hace 10 años tuve un cigarro entre mis dedos y fue la única ocasión en mi vida, fue suficiente para darme cuenta que nada bueno era.
Ahora puedo disfrutar de comer sin que un compañero de trabajo compulsivamente encienda su cigarro antes del postre, ahora mi ropa no huele a tabaco.

Por fin dejé de fumar

3 comentarios:

R. Sebastian Delgado Q. dijo...

a mi me da mucha lata lo del cigarro, me carga el olor del tabaco quemado, el humo, pero a la vez, no hay como un rico cigarro acaramelado un dia de lluvia, como explicarlo, no me gusta el humo, pero si fumar... lo estoy dejando de todas maneras.

saludos

sebastian dq

cmcgato dijo...

Felicitaciones, si hay cosa que me carga es que fumen y fumen y no se preocupen que hay gente que se enferma por eso.

Algo seguro que yo no haré en mi vida, eso será fumar

Saludos

RCB dijo...

Me gustó la forma en que escribiste el texto. Con una sorpresa al final ;-) Acá no hay ni para cuando como una medida así y dicen que es mejor dejar que el comercio regule libremente. Claro, el estado recauda impuestos por el tabaco y si se le comienza a cerrar esa fuente de ingresos, tendrá menos plata. Todo un negocio. Yo fumé, pero lo dejé rápidamente :-)