martes, 24 de enero de 2012
Una vez cada siete años
Dicen que los gatos tienen siete vidas, mi gata no me lo ha confirmado aún, solo le conozco una.
Lo que si tengo es la sensación que yo tengo vida nueva exactamente cada siete años.
A los siete dejé de sonreír a quien me decía que tenia las pestañas largas.
A los catorce me rebelé contra el mundo, y me volví ermitaño.
A los veintiuno dejé de ser incrédulo y me confesé creyente en Dios.
A los veintiocho decidí partir, dejar mi lugar de nacimiento, ir a vivir una aventura, viajar a través del mundo y residir en el viejo mundo.
Y este año cumplo mis siete años en España,siete años más de vida.
Y tengo la sospecha que la sociedad española me hará cambiar de vida nuevamente. Estoy muy agradecido de España y su gente, de Catalunya y su gente pero estoy tristemente cansado. No hay día que no se hable de la bendita crisis, recesiones, de dinero, de pagos, de créditos, de hipotecas. Hace casi un mes dejé de ver las noticias en la televisión, de leer el diario. Se me convirtió en insoportable.
Si existe un lugar en el mundo donde no se hablé de esto me iré.
Con mi cuchillo, con una sartén, un poco de aceite de oliva y una botella de vino.
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