Clemente y su sonrisa
Al bajarme de la micro y luego de un día agotador, regresé a casa caminando lentamente. Agobiado.
Atrás de un buzón veo a un niño, de unos ocho años. Me sorprende, está escondido. Al mirarlo me sonríe, haciéndome cómplice de su juego. Me recordó mis travesuras de pequeño. “Un…dos...tres por Clemente que está detrás del buzón” grita otro niño con entusiasmo.
Si no lo miro, no lo pillan, sino sonríe tampoco. A Clemente, mi vecino, no le importó que lo encontraran. Regresé a casa con una sonrisa.
Un…dos …tres por Clemente y todos sus compañeros.
3 comentarios:
me gusto... y mucho.
Qué tiempos aquellos de nuestra infancia...
Muy bonito el post.
Saludos cordiales.
Un...dos...treees por Claudio!!!
He encontrado tú blog,y me a encantado!
Besos y abrazos.
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