sábado, 5 de mayo de 2007

Desapareció

-Señora- tengo un paquete para usted.
Un hombre bien vestido , de corbata, se encontraba en el portal a unos 20 escalones de la puerta del departamento.
- Por favor, traiga su identificación- dijo sin ansiedad, en un perfecto español.
Y mi madre, con el entusiasmo propio de una chilena residente en el extranjero y ante la perspectiva que tener un paquete sorpresa, baja con su identificación. Con el detalle de dejar la puerta del departamento abierta.En Barcelona no pasa nada, que va a pasar...
Al bajar, el hombre de etnia magrebí, delgado , alto , pelo rizado corto, negro y bien peinado, de rostro joven y atractivo, de unos 30 años, con aspecto limpio y elegante. Según la curiosa declaración de mi madre unas horas después. Yo simplemente hubiese dicho “un moro”, intentando ser elegante. Antes de bajar el último escalón , aún acomodándose las gafas, mi madre "ve" que el hombre no estaba, desapareció.
La ilusión del paquete sorpresa también.
Al regresar al departamento, mi madre se sienta en forma habitual. Por la hora sospecho ,muy probablemente a ver a Karlos Arguiñano y sus ramas de perejil.
Mis historias ya no estaban. Mis fotos. Mis recuerdos. Mis relatos inéditos. Mi música. 40 GB y más.
Solo quedó la impotencia , la sorpresa…y el cable.
El Moro y mi computador.

3 comentarios:

cmcgato dijo...

que lata. Y eso que en BCN no pasa res

Saludos:)

RCB dijo...

Espero que hayas tenido respaldo de las cosas más importantes. Una lástima.

Omar Reyes Osuna dijo...

Fuck!!!