Casi cinco años han pasado desde que dejé Chile, desde que lo dejé en forma física, ya que nunca ocurrirá esto de manera emocional y es curioso, porque no es el lugar que quiero para vivir, pero si es el lugar que quiero dejar y mantener mi corazón.
Me encuentro con un Chile con un crecimiento económico impactante, para los tiempos en que vivimos, en que las bolsas mundiales caen sin contemplaciones,veo a un Chile con lugares más limpios y armoniosos, con una mente renovada y lo que es más trascendente aún ,con un pueblo que se gira a la derecha después de 20 años de gobiernos de centro izquierda. Este suceso sin duda enseña que Chile cambió.
Y lo confieso a los cuatro vientos y a pesar de que estoy alejado en mi mente de una ideología política de derecha, convencido estoy de que esto es un cambio valiosísimo. Será el fin de un pueblo dividido, será el fin de una gran parte del rencor que mucha gente y compatriotas tienen aún. Podrán decirme que soy muy joven para haber vivido los efectos de los diecisiete años de dictadura, pero creanme que si he sido suficientemente mayor para haber sentido los efectos de un Chile dividido.
En Chile aún hay muchos temas pendientes, temas sociales por desarrollar. Las diferencias de clases son abismales, grotescas y abusivas .Será sin duda los proyectos que se desarrollaran cuando Chile vuelva a tener un gobierno que impulse los temas sociales no por compasión o por migajas sino por justicia.
Por ahora, disfruto del sol, de las risas, de los bailes ,de los mariscos maravillosos, de la gente que me quiere, de los que me extrañan en Europa y del nuevo Chile que contemplo, más cerca de lo que quiero que sea.
Será el lugar donde quiera volver a vivir, donde crea que mi desarrollo profesional y emocional no se vea truncado.
Donde no deba bajar la voz para decir lo mi corazón siente.
